en pose
erotismo femenino... por qué ellos guiaron a la fuerza nuestro deseo durante siglos... pero siempre se mantuvo intacto en nuestro interior...
...
Lengua hacia el sol lengua a la tierra los labios me empapo sin azúcar en este encuentro. El pelo me cubre los ojos me destapo me lo ato. Miro tus ojos, después tu boca. Tu mirada se dirige a tu pija en conjunto con mis manos. Dentro de mi boca, con mi lengua nace un jugo carnal que lo impregno en la palma de mi mano. Te presto la otra, me gusta tu lengua y el cosquilleo del cual tu lengua es la culpable. Entiendo que te estoy amando, o la estoy amando. Solo quería en este invierno hamacar mis manos con amor y ese deseo. Cantarte otro poco. Un instante... no doy mas, mis manos tampoco, pero sigo sedienta mi boca se vuelve adicta aunque quiera controlarla. Un rojo amor se presenta ante vos, pero se envuelve nuevamente en mí. Atenta a tus manos, predispuesta estoy. Hay miel que recorre mi cuerpo y que desembocará en vos, y me subo a vos y te muerdo hasta los poros. Párpados, cejar, lengua, boca y tus ojos me regalan tu ardor a mí. Los gritos que tardaste en percibir los escucho y te veo, te veo besare con la misma intensidad con la que coges mis blancas nalgas. Te instalaste y recuerdo los no mientras mi cola saltaba de emoción. Últimamente tomo té de manzanilla por las mañanas. Últimamente se me paspan los labios por las madrugadas. Últimamente asomo mi mirada entre las piernas para ver cómo me seco la conchita por las mañanas. Me subí a la cajonera para ver en el estante de arriba la cajita roja que al final no usé y el paquetito suelto que quedó después de una noche de éxtasis zarpado. Últimamente yo no escribo así, yo no ví muchos ojos en este tiempo pero sí un par de pies bien blancos. Y es que a estas horas no me queda mas que fumar un par de avainillados y encender un sahumerio, disfrutar de esta soledad y de este recuerdo. Porque alguna vez sentí miedo y busqué refugios que encontré en medio de aldeas divinas, con aguas con original sabor a sierras y a la casa a media luz. Y prefiero cantarme, escucharme, toquetearme, no maquillarme y verme. Verme sobre un árbol que no va a caer. Verme las manos, las palmas de las manos en los sueños para que las pupílas puedan ser el túnel de la realidad... Y una vez mas me veo mojada esperando cruzar la avenida para llegar a casa y sé que debo esperar para chupártela como a una paletita, y sé, debo esperar y todo se acumula. Puede que no sea lo mismo. Y sé, creo que ya es tiempo, tiempo de ahogarme y desesperarte y escucharte reír mientras te veo mío ahí. Creo que también es tiempo de dejarme a mí amarte a vos, mamarte a vos. Entonces, por un instante inmenso en flor musical, resistió. ¿Querer que me hagas la cola e amor? sí.
Lemonchelí
Me enoja mucho que para ver series de tv donde la gente se caga a palos se liquidan y salpican gente no hay censura, pero si se ve una foto del pene de un hombre y no hablo de sexo explicito, la censura es atroz.
A nuestros amigos de Kamadeva les eliminaron la web de su comunidad por censura, mientras logran solucionarlo los encuentran en:
http://www.facebook.com/eventoskamadeva
A nuestros amigos de Kamadeva les eliminaron la web de su comunidad por censura, mientras logran solucionarlo los encuentran en:
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COMENTARIO
Extraño tu boca jugosa que
empalaga, los pedazos de amor que entregás a tus propias espaldas,
escondiéndote incluso de vos.
El líquido amnésico de tu
intuición amalgamada de deseo y tu intención de disimular que no sea más.
La prosperidad de tu cuerpo
sobre el mío y la estupidez del que no se note.
Extraño el ímpetu de tus
caderas apunando mi deseo y la magnificencia de tu conducción hacia mi amplio
placer. Las bocanadas de deshielo que le imponés a mi materia. Los elogios de
tu pubis.
Extraño el roce de tu aliento
que lastima mi quietud y la negligencia de mis gemidos indómitos.
Extraño tu mirada impúdica
que me modifica las rimas de nuestros encuentros, amalgamándonos uno dentro del
otro. Los susurros jamás dichos. El sabor de tu lengua, la enumeración de los
desmanes que me provocás.
Extraño el mucho y el todo,
la totalidad de tu presencia. La perfección de tu accionar y la pulcritud de tu
bálano.
Demando más, demando eso que
me mezquinás. Demando no extrañarte y que tus miedos no intervengan. Los pros y
los contras y los “demases” que se
esfumen.
Demando que le hagas caso a
tus quiero e ignores a tus debo.
Demando que te hamaques sobre
mí, que me sometas a ese placer perpetuo.
Demando no extrañarte, a que
no me inventes excusas parapléjicas que ni vos te crees.
Reniego olvidarme de tu
aliento, de la perfecta conjunción que hacíamos el uno debajo del otro. Incluso
reniego de perder el refriego de tu psoas, pendiente de mi ritmo. Del grito
arrancado de mí inconsciente.
Declino lo que siento en pos
de mi placer.
Declino el sabor a revivirte
si me regalás una vez más.
Prometo que la despedida será
veraz, incondicional y solemne. Precoz para mi gusto, pero respetando a tu otro
yo, que te domina, que te cabalga y somete.
Prometo que estas últimas
palabras, son mi última crítica.
Pero también prometo no
olvidarme de tan perfecto placer que me entregaste, de que te extrañé y
demandé. Que renegué y decliné, y sobre todo prometo no volver a prometer.
Valy Wainer
Valy Wainer
Oración
Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una como mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Juan Gelman
Sea tu sangre una como mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Juan Gelman
mayo es el mes nacional de la masturbación en estados unidos
Desde 1995 mayo fue designado como el Mes Nacional de la Masturbación en Estados Unidos; por ello estos días se aprovechan para hablar sobre las mieles de esta ancestral y polémica práctica.
Primero que nada queremos pedirles una disculpa por haber olvidado durante las primeras semanas de mayo que este es, al menos en Estados Unidos, el Mes Nacional de la Masturbación. Afortunadamente aún queda más de una semana para apoyar fervientemente la iniciativa sin abusar de nuestra fisiología. Desde 1995 fue instaurada en San Francisco esta singular celebración dedicada a estimular (literalmente) tan ancestral práctica, así como revisar algunos de los beneficios científicamente comprobados que el masturbarte puede reportar a tu salud sexual.
Todo comenzó hace ya 16 años cuando la Dra. Joycelyn Elders, quien había sido nombrada Cirujana General de EUA (en un acto histórico por ser la primera persona de origen afroamericano que recibía este nombramiento), fue interrogada sobre la masturbación, luego de su discurso en el Día Internacional del SIDA, en las Naciones Unidas. Elders respondió: “Creo que es algo propio de la sexualidad humana que debería de ser enseñado”. Esta respuesta le costaría, en una absurda decisión por parte de las autoridades, su puesto.
En reacción ante el ridículo despido de la Dra. Elders, la compañía Good Vibrations, dedicada a la elaboración de juguetes sexuales y a difundir educación progresista sobre la sexualidad, decidió designar al mes de mayo como el Mes Nacional de la Masturbación en Estados Unidos, con el fin de organizar conferencias y financiar estudios en torno a la masturbación, abordada no como un tabú sino como un ejercicio al cual el ser humano ha recurrido, en forma masiva, a lo largo de su historia. Y ahora, 16 años después, esta conmemoración se ha institucionalizado, implicando un gran progreso educativo alrededor de esta práctica.
Históricamente la masturbación ha sido condenada como un acto impúdico e incluso inmoral entre sociedades alrededor del mundo, utilizando argumentos un tanto retrógradas y difundiendo caricaturescos males supuestamente producidos por masturbarte. Por otro lado, y como una postura crítica mucho más respetable, se encuentra una corriente que opina, en buena medida fundada en la tradición oriental del manejo de energía, que la masturbación no es recomendable, al menos en el caso masculino, en el sentido en que implica la eyaculación del hombre y con ello un proceso de auto-drenaje energético. Sin embargo, parece más o menos claro que la desinformación promovida alrededor de la masturbación para infundir temor moral o fisiológico parece algo más nocivo que en sí que el hecho de “auto-complacerte” sexualmente. Y en todo caso algunos estudios científicos han detectado ciertos beneficios que puede traer (sin contar que, para algunos, la masturbación es el único recurso sexual infalible contra las enfermedades venéreas):
Para el hombre
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Protege a la próstata de infecciones e incluso puede reducir la posibilidad de contraer cáncer en esta glándula.
Para la mujer
- Combate infecciones vaginales
- Reduce el dolor pre-menstrual
Combate el dolor crónico de espalda
click acá para ver nota original de pijamasurf
QUIERO
Quiero tocarte. Recorrerte
como si fueras un juego de unir con líneas tus lunares arrastrando mi lengua de
uno en uno.
Deambular mi boca por la
tuya. Babear tu oreja, tus recuerdos. Impregnarme.
Y apoyando mis pezones en tus
hombros, cubro cada milímetro de vos, toda tu espalda, dirigiendo mis uñas a
cada rincón que te estremezca.
Adivino tu deseo y recorro
mil kilómetros provocando tu entrepierna. Hasta llegar a lamer el comienzo de
tu pubis con la punta urgida de mi lengua.
Endulzo tu estructura, chupo, babeo; con manos, alma, boca.
Subir. Buscar tus labios, tu
lengua, tus comisuras. Extirpar la desazón e incrustar mi ansiedad. Estorbar
tus dientes, columpiarme sobre vos.
Mientras, ya añoro tu nuca;
lo suplo jugando con tu pelo.
Desesperar mi interior, te trepo
con mis muslos tiesos, conjugarnos a noventa grados.
Indigestos gemidos al oído
claman por ser gritos. Erizados mordiscos relevan tus fetiches.
Es la exacerbación misma del
averno.
Obedezco de piernas abierta, doblegada,
en llamas.
El privilegio irritado de mi
superficie, obsequio del íntimo resguardo. Es mi pequeño monte edificado,
indómito y domado. Es tu lengua y tu saliva en placer desmesurado. Es la unión,
es casi fatuo de tu parte, exagerado, es el fascinar del ser farsante.
Compasivo me entregás el
alivio.
DESDE SIEMPRE
Te estás equivocando, cara mía,
así no se usa este implemento -
la ilustración elude el argumento
metafórico oculto en el folleto.
Ni el hombro ni el tobillo brindarían
el bálsamo a tus ansias y tensiones,
tus nervios, y espasmos musculares -
ni as así como mejoran complexiones.
Más no abandones, cara mía, tus intentos!
continúa explorando otros lugares,
pliegues secretos de tu dulce anatomía
y llegarás, seguro, a dulce epifanía.
Gregorio Churilov
IDEAS FEMINISTAS DE NUESTRA AMÉRICA
I.10 “Conversaciones entre mujeres (pequeño-burguesas) sobre sexo”, Una Mujer Cualquiera, Boletín Lunático del Grupo La Conjura, n. 4, Caracas, octubre de 1979
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“Conversaciones entre mujeres (pequeño-burguesas) sobre sexo”, Una Mujer Cualquiera, Boletín Lunático del Grupo La Conjura[1], n. 4, Caracas, octubre de 1979
[Documento proporcionado por Alba Carosio]
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—Si no quieres ir a la cama con él, seguramente pensará que es porque estas nerviosa y que de todas formas tienes que quedarte despierta toda la noche y explicarle que no es verdad.
—Sí, pero es más fácil irse a la cama y callarse.
—Es más fácil decirlo que hacerlo. Claro, jamás creería que no te entusiasmaba debido a su mal aliento, ¿y sí se lo hubieras dicho?
—Claro, una no se atreve a herir la sensibilidad del otro, diciéndole que apesta.
—Y a ti, ¿no te pasa que te vas a acostar con un tercio sólo porque está solo?
—No, yo no hago caridades de ese tipo a nadie. Tenemos que aprender a hacer el amor sólo con personas que nosotras queremos, no porque quieran ellos. No para que estén bien, para afirmar su masculinidad, no porque somos débiles o incapaces de decir que no; sino simplemente porque nosotras también queremos.
—Pero, si es así, solamente una atracción física ¿por qué no te masturbas? o haces otra cosa. ¿Por qué tienes que involucrarte a otra persona para satisfacer tus deseos? Creo que ya es suficiente que los hombres nos utilicen para satisfacer los suyos.
—Pero, y ¿sí se satisfacen ambos? Persiguiendo objetivos comunes, cada quien en lo suyo y san se acabó!!
—Bueno, eso es una masturbación recíproca. Pero, la verdadera atracción por otra persona es algo distinto. Yo veo la masturbación como una necesidad física disociada de cualquier persona.
—Parece que cuando se habla de masturbación, siempre se trata de desviar la conservación.
—Tú crees que las mujeres se masturban tanto como los hombres, ¿o es más bien que nos sentimos más culpables al admitir que lo hacemos?
—Yo creo que nos masturbamos menos y también lo confesamos menos.
—No estoy de acuerdo. Yo pienso que nos masturbamos tanto como ellos.
—Lo cierto es que nos sentimos más culpables.
—Quizás sea porque tenemos miedo de darnos placer con nuestro propio cuerpo. Al fin y al cabo nunca nos ha pertenecido.
—Pero, por qué tenemos un miedo por el placer directo. Si nuestro cuerpo sirve para el placer del hombre, nuestro placer sexual nos viene solamente a través de dar placer, y aquí siempre se nota una delegación en otro….
—Las mujeres no hacen el amor con los hombres. Hacen el amor consigo mismas a través del hombre. Esto es una especie de narcicismo.
—El narcicismo no es otra cosa que un tipo de respuesta más a un rol sexual que se delega en otro.
[1] Grupo feminista conformado por Giovanna Mérola, Gioconda Espina y Zoraida Ramírez que salía a la luz pública con temas como aborto, violación, violencia doméstica, doble jornada, 8 de marzo, etc. logró incorporar su lenguaje a la vida cotidiana, publicó el Boletín Una mujer cualquiera, durante dos años y medio.
DEL BLOG http://ideasfem.wordpress.com
Eros y Tánatos
No hay mejor sexo que el que parece una violación.
No quiero escuchar ninguna voz indignada alzándose contra la violencia hacia la mujer.
Consentida, señores.
Con una mirada que señala claramente hasta donde y hasta cuando.
Amo decirle que no haré lo que me pida, cerrar las piernas con fuerza y que me las abra de un cachetazo.
Que me chupe intermitente, mirándome a los ojos; que me deje extasiada pero disconforme justo al borde del orgasmo para exigirme que no acabe hasta que él quiera. ¿Querés más? No te voy a dar, puta.
Que me penetre hasta el fondo, hasta donde duele y que me saque la verga de golpe justo cuando estoy a punto de pedirle más y más.
Que me gire como una muñeca, las manos inmovilizadas, mordiendo la almohada, con los ojos llenos de lágrimas. Que me corra el rímel y me deforme el rostro mientras me habla despacito al oído y me exige que no acabe, que todavía no terminó conmigo.
Amo que me pida que me calle, que me grite, que me ahorque, que me ponga la funda de la almohada en la cabeza mientras me penetra indiscriminadamente.
Amo morderle la verga cuando me la pone a la fuerza en la boca, cuando me provoca una arcada.
Amo todo aquello que pretendí odiar siempre. Porque lo descubrí de golpe con otro y nunca me animé a llevarlo hasta el final.
Amo todo eso porque después me follará lentamente, mirándome a los ojos y acariciándome. Porque me hace sentir una dama y una puta. Por mi cuerpo es suyo, porque su cuerpo es mío. Porque podemos descubrir qué nos gusta, hasta dónde llegaremos. Porque las marcas que nos quedan no están sólo estampadas en las pies.
Lo amo sólo porque es con él. Que no me ama. O que no lo sabe. O que no se anima.
ILSA PLUM
No quiero escuchar ninguna voz indignada alzándose contra la violencia hacia la mujer.
Consentida, señores.
Con una mirada que señala claramente hasta donde y hasta cuando.
Amo decirle que no haré lo que me pida, cerrar las piernas con fuerza y que me las abra de un cachetazo.
Que me chupe intermitente, mirándome a los ojos; que me deje extasiada pero disconforme justo al borde del orgasmo para exigirme que no acabe hasta que él quiera. ¿Querés más? No te voy a dar, puta.
Que me penetre hasta el fondo, hasta donde duele y que me saque la verga de golpe justo cuando estoy a punto de pedirle más y más.
Que me gire como una muñeca, las manos inmovilizadas, mordiendo la almohada, con los ojos llenos de lágrimas. Que me corra el rímel y me deforme el rostro mientras me habla despacito al oído y me exige que no acabe, que todavía no terminó conmigo.
Amo que me pida que me calle, que me grite, que me ahorque, que me ponga la funda de la almohada en la cabeza mientras me penetra indiscriminadamente.
Amo morderle la verga cuando me la pone a la fuerza en la boca, cuando me provoca una arcada.
Amo todo aquello que pretendí odiar siempre. Porque lo descubrí de golpe con otro y nunca me animé a llevarlo hasta el final.
Amo todo eso porque después me follará lentamente, mirándome a los ojos y acariciándome. Porque me hace sentir una dama y una puta. Por mi cuerpo es suyo, porque su cuerpo es mío. Porque podemos descubrir qué nos gusta, hasta dónde llegaremos. Porque las marcas que nos quedan no están sólo estampadas en las pies.
Lo amo sólo porque es con él. Que no me ama. O que no lo sabe. O que no se anima.
ILSA PLUM
Poesía erótico-pornográfica de los Siglos de Oro
Señora la del arco y las saetas,
que anda siempre cazando en despoblado,
dígame, por su vida, ¿no ha tipado
q uien le meta las manos a las tetas?
Andando entre las selvas más secretas
corriendo tras algún corzo o venado
¿no ha habido algún pastor desvergonzado
que le enseñe el son de las gambetas*?
Hará unos milagrones y asquecillos
diciendo que a una diosa consagrada
nadie se atreverá, siendo tan casta.
Allá para sus ninfas eso basta,
mas acá para el vulgo ¡por Dios, nada!
que quienquiera se pasa dos gritillos.
* "Es un género de dança algo descompuesta,
que juegan mucho de perneta" (Covarrubias)
Diego Hurtado de Mendoza
Hacia 1570.
Ilustración: Ana Álvarez Vázquez
de la web: libro de notas
.
CANSADO DE DIBUJAR
CON CARBON Y CON SALIBA
TU CUELLO
TU PUBIS
TU BARRIGA
DE SUBIR Y BAJAR
POR TU ESPALDA
POR LA RAJA
DE TUS NALGAS
DE RECORRERLA
CON MI LENGUA
ANTES INCANSABLE
CANSADO DE ESTAR
TAN LEJOS
DE TUS PEZONES
QUE ME ALIMENTAN
CON SU LECHE
CADA DIA
CANSADO DEL CAMINO
Y CANSADO DE RECORDAR
LA MAÑANA QUE TE AME
TUS LABIOS DE PAPEL
IMPERCEPTIBLES
EN MIS NALGAS
TRABAJANDO SIN DESCANSO
MIENTRAS ME MORDIAS
Y HACIAS DE MI
TU FUENTE DE HELADO
DE FRESA
LO RECORDE
¿VIENES O TE VAS?
¿O YA DEJASTE DE PASAR?
¿YA NO HABLAS CONMIGO?
CANSADO DE AGUACEROS
DE DIAS QUE NO PASAN
DE PEDIR SIN DAR NADA
CANSADO
DE ESTAR CANSADO
DE PEDIR DESEOS
Y DE REZAR
DE TODO ESTO CANSADO
PERO CUANDO MAS
ME CANSO
ES CUANDO TE RECUERDO
EN MI BARREÑO
QUE TE BAÑA
QUE INUNDA
TU CUERPO
CON MI AGUACERO
DE ESPERANZA
Y LO LIMPIA
DE TRISTEZA
CHICA
GRANDE
O PEQUEÑA
QUE CADA PASO
QUE DOY
ES UN PASO ATRAS
Y CADA DIA LA MEMORIA
SE VUELVE A PERDER
Y CON ELLA
MI FORMA
DE AMAR
LoQueQuedaAtras
CON CARBON Y CON SALIBA
TU CUELLO
TU PUBIS
TU BARRIGA
DE SUBIR Y BAJAR
POR TU ESPALDA
POR LA RAJA
DE TUS NALGAS
DE RECORRERLA
CON MI LENGUA
ANTES INCANSABLE
CANSADO DE ESTAR
TAN LEJOS
DE TUS PEZONES
QUE ME ALIMENTAN
CON SU LECHE
CADA DIA
CANSADO DEL CAMINO
Y CANSADO DE RECORDAR
LA MAÑANA QUE TE AME
TUS LABIOS DE PAPEL
IMPERCEPTIBLES
EN MIS NALGAS
TRABAJANDO SIN DESCANSO
MIENTRAS ME MORDIAS
Y HACIAS DE MI
TU FUENTE DE HELADO
DE FRESA
LO RECORDE
¿VIENES O TE VAS?
¿O YA DEJASTE DE PASAR?
¿YA NO HABLAS CONMIGO?
CANSADO DE AGUACEROS
DE DIAS QUE NO PASAN
DE PEDIR SIN DAR NADA
CANSADO
DE ESTAR CANSADO
DE PEDIR DESEOS
Y DE REZAR
DE TODO ESTO CANSADO
PERO CUANDO MAS
ME CANSO
ES CUANDO TE RECUERDO
EN MI BARREÑO
QUE TE BAÑA
QUE INUNDA
TU CUERPO
CON MI AGUACERO
DE ESPERANZA
Y LO LIMPIA
DE TRISTEZA
CHICA
GRANDE
O PEQUEÑA
QUE CADA PASO
QUE DOY
ES UN PASO ATRAS
Y CADA DIA LA MEMORIA
SE VUELVE A PERDER
Y CON ELLA
MI FORMA
DE AMAR
LoQueQuedaAtras
TARDE DE CINE
Te acuerdas. ¡Que humedad trajo aquel octubre del 2008! Con calor, además.
Me habían dado vacaciones anticipadas en la Empresa, luego del descalabro financiero global que hizo que se dieran cuenta que venderían menos autos, y de que yo, Gerente de Asistencia Técnica, tenía días pendientes de ser gozados.
¡Y creyeron que mandándome a casa, iba a gozar!
Tú, ¿sabes lo que es un bodrio? Un bodrio es quedarse en casa mirando TV con el ventilador en la cara, dormitando de a ratos, y puteando por no tener ganas de nada, en tanto tu mujer se va a trabajar a su consultorio.
Ese miércoles, ya cuando me desperté, decidí que no sería una tarde bochornosa más. En el desayuno le comenté a Pilar que a la tarde iría a ver una película, para aprovechar el aire acondicionado del cine.
Como pasa siempre, tu la conoces, tomó el diario y se abocó a leer la cartelera con la intención de señalarme que peli debía ver, pero esta vez no le iba a permitir meterse en mi programa, así que le dije:
-Pilar, mi cielo, basta por hoy. Yo elegiré mi entretenimiento. ¡Hazte humo de una santa vez!-grité, señalándole la puerta de calle. Comprendió, tomó las llaves del auto, y salió dando un portazo. Abur.
Llegué al shopping, subí hasta la zona de cines y, acercándome a la boletería, le solicite al chaval una entrada para la sala más vacía.
-Hay una de miedo - me dijo - Tiene una sola entrada vendida, y acaba de comenzar.-Esa es la que quiero - dije, abonándole el importe. Pasé el control e ingresé a la sala.
Encontré que estaban proyectando los avances de los estrenos por venir. A la vez, comprobé que el boletero no me había mentido: pude observar, en la semi oscuridad, un peinado de mujer en la punta de banco de la anteúltima fila de butacas. Era la única presencia humana en toda la sala. No le di mayor importancia, y me desplomé en el asiento más a mano, apoyando las piernas en el respaldo del de adelante. Suspiré profundamente, mientras las luces decrecían en intensidad hasta apagarse totalmente y el aire acondicionado me fue envolviendo, como una brisa proveniente de Alaska.
Debo de haberme dormido. Como despertando, percibí que una lengua inquisitiva me lamía el lóbulo de la oreja y entraba en su pabellón, cosquilleándome de tal forma que me estremeció una corriente eléctrica, sacudiendo mi pubis. Quise darme vuelta pero unas manos suaves y acariciantes me lo impidieron, apoyándose con firmeza en mis mejillas e inmovilizando mi cabeza. De pronto sentí que la mano derecha abría la cremallera de mi jean, deslizándose hacia adentro de mi bragueta posesionándose de mi miembro, ya semi erecto. El suave toqueteo, retirando el prepucio hacia atrás, dejó el glande al descubierto y lo hizo crecer en plenitud.
El reflejo plateado de la pantalla iluminaba la escena como una luna llena, y un perfume erotizante inundaba mis fosas nasales. Ladeé mi cabeza y un pecho rotundo, coronado por un pezón agresivo, me rozó la frente.
Instintivamente, sin voltear la cabeza, lo introduje en mi boca empezando a succionarlo como un crío a la hora de comer.
El quejido de placer que siguió me habló de un cuerpo ansioso y necesitado de sexo.
Mis manos se alzaron, corriendo por la piel de dos piernas gruesas y firmes como columnas que sostenían al juntarse un templete piloso. No había prenda íntima, y mis dedos llegaron a una hondonada.
Unos quedaron en sus orillas, rozándolas suavemente, mientras otros se adentraban en sus oquedades hasta llegar a una pequeña pirámide a la cual circundaron con cuidadosa caricia.
Los gritos provenientes de los altavoces de la sala, que se debían al terror que los personajes sufrían en la peli, ahogaron los aullidos incontenibles proferidos por mí y ese alguien, misterioso, femenino, que me retornaba a lo más profundo de mis sensaciones primitivas. El vaivén de esa invisible mano derecha se hizo paroxístico, mientras dos de mis dedos entraron en una cavidad insondable y se curvaron dentro de ella. Escuché un ronroneo gatuno de placer y una voz en mi oído que dijo – me estás tocando el punto G, me cooorro-, al tiempo que yo sentí una corriente de lava ardiente escurrirse por mi sexo y saltar al espacio en chorros, impulsados por cada uno de mis estertores.
La inefable sensación duró segundos, los suficientes para que percibiera que el pezón que chupaba, goloso, se retiraba de mi boca, y también para que mis dedos, pringosos de jugos, quedaran abandonados sin protección, y expuestos al frío aire acondicionado de la sala.
Ahora viene la parte que tú nunca me creerás, pero cuando pude dar vuelta la cabeza y mirar hacia atrás, la sala estaba vacía.
…
No te rías, hombre, que no soy de inventar cosas. Espera y verás.
...
Me acomodé en el asiento limpiando, y limpiándome el semen derramado con pañuelos de papel
Cuando acabó la función y encendieron las luces, yo estaba en la sala más sólo que moro perdido en el desierto. Salí, y fui directamente a hablar con el boletero.
-Dime, por favor, la mujer que salió antes de que terminara la peli, ¿Cómo era?
- Ah, es una habitué de los miércoles, en esta sección de precio para jubilados. Para mi que el cine no le interesa. Siempre me pide que le de para la sala más vacía, sin interesarle que peli dan, y termina yéndose antes de que termine. No lo creerás, pero debe disfrutar mucho del aire acondicionado, puesto que siempre sale con una cara de felicidad que llama la atención. A la ancianita la bautizamos “la reliquia”… por lo mayor, ¿sabes?
________________________________________
TITO DEVREK
Te acuerdas. ¡Que humedad trajo aquel octubre del 2008! Con calor, además.
Me habían dado vacaciones anticipadas en la Empresa, luego del descalabro financiero global que hizo que se dieran cuenta que venderían menos autos, y de que yo, Gerente de Asistencia Técnica, tenía días pendientes de ser gozados.
¡Y creyeron que mandándome a casa, iba a gozar!
Tú, ¿sabes lo que es un bodrio? Un bodrio es quedarse en casa mirando TV con el ventilador en la cara, dormitando de a ratos, y puteando por no tener ganas de nada, en tanto tu mujer se va a trabajar a su consultorio.
Ese miércoles, ya cuando me desperté, decidí que no sería una tarde bochornosa más. En el desayuno le comenté a Pilar que a la tarde iría a ver una película, para aprovechar el aire acondicionado del cine.
Como pasa siempre, tu la conoces, tomó el diario y se abocó a leer la cartelera con la intención de señalarme que peli debía ver, pero esta vez no le iba a permitir meterse en mi programa, así que le dije:
-Pilar, mi cielo, basta por hoy. Yo elegiré mi entretenimiento. ¡Hazte humo de una santa vez!-grité, señalándole la puerta de calle. Comprendió, tomó las llaves del auto, y salió dando un portazo. Abur.
Llegué al shopping, subí hasta la zona de cines y, acercándome a la boletería, le solicite al chaval una entrada para la sala más vacía.
-Hay una de miedo - me dijo - Tiene una sola entrada vendida, y acaba de comenzar.-Esa es la que quiero - dije, abonándole el importe. Pasé el control e ingresé a la sala.
Encontré que estaban proyectando los avances de los estrenos por venir. A la vez, comprobé que el boletero no me había mentido: pude observar, en la semi oscuridad, un peinado de mujer en la punta de banco de la anteúltima fila de butacas. Era la única presencia humana en toda la sala. No le di mayor importancia, y me desplomé en el asiento más a mano, apoyando las piernas en el respaldo del de adelante. Suspiré profundamente, mientras las luces decrecían en intensidad hasta apagarse totalmente y el aire acondicionado me fue envolviendo, como una brisa proveniente de Alaska.
Debo de haberme dormido. Como despertando, percibí que una lengua inquisitiva me lamía el lóbulo de la oreja y entraba en su pabellón, cosquilleándome de tal forma que me estremeció una corriente eléctrica, sacudiendo mi pubis. Quise darme vuelta pero unas manos suaves y acariciantes me lo impidieron, apoyándose con firmeza en mis mejillas e inmovilizando mi cabeza. De pronto sentí que la mano derecha abría la cremallera de mi jean, deslizándose hacia adentro de mi bragueta posesionándose de mi miembro, ya semi erecto. El suave toqueteo, retirando el prepucio hacia atrás, dejó el glande al descubierto y lo hizo crecer en plenitud.
El reflejo plateado de la pantalla iluminaba la escena como una luna llena, y un perfume erotizante inundaba mis fosas nasales. Ladeé mi cabeza y un pecho rotundo, coronado por un pezón agresivo, me rozó la frente.
Instintivamente, sin voltear la cabeza, lo introduje en mi boca empezando a succionarlo como un crío a la hora de comer.
El quejido de placer que siguió me habló de un cuerpo ansioso y necesitado de sexo.
Mis manos se alzaron, corriendo por la piel de dos piernas gruesas y firmes como columnas que sostenían al juntarse un templete piloso. No había prenda íntima, y mis dedos llegaron a una hondonada.
Unos quedaron en sus orillas, rozándolas suavemente, mientras otros se adentraban en sus oquedades hasta llegar a una pequeña pirámide a la cual circundaron con cuidadosa caricia.
Los gritos provenientes de los altavoces de la sala, que se debían al terror que los personajes sufrían en la peli, ahogaron los aullidos incontenibles proferidos por mí y ese alguien, misterioso, femenino, que me retornaba a lo más profundo de mis sensaciones primitivas. El vaivén de esa invisible mano derecha se hizo paroxístico, mientras dos de mis dedos entraron en una cavidad insondable y se curvaron dentro de ella. Escuché un ronroneo gatuno de placer y una voz en mi oído que dijo – me estás tocando el punto G, me cooorro-, al tiempo que yo sentí una corriente de lava ardiente escurrirse por mi sexo y saltar al espacio en chorros, impulsados por cada uno de mis estertores.
La inefable sensación duró segundos, los suficientes para que percibiera que el pezón que chupaba, goloso, se retiraba de mi boca, y también para que mis dedos, pringosos de jugos, quedaran abandonados sin protección, y expuestos al frío aire acondicionado de la sala.
Ahora viene la parte que tú nunca me creerás, pero cuando pude dar vuelta la cabeza y mirar hacia atrás, la sala estaba vacía.
…
No te rías, hombre, que no soy de inventar cosas. Espera y verás.
...
Me acomodé en el asiento limpiando, y limpiándome el semen derramado con pañuelos de papel
Cuando acabó la función y encendieron las luces, yo estaba en la sala más sólo que moro perdido en el desierto. Salí, y fui directamente a hablar con el boletero.
-Dime, por favor, la mujer que salió antes de que terminara la peli, ¿Cómo era?
- Ah, es una habitué de los miércoles, en esta sección de precio para jubilados. Para mi que el cine no le interesa. Siempre me pide que le de para la sala más vacía, sin interesarle que peli dan, y termina yéndose antes de que termine. No lo creerás, pero debe disfrutar mucho del aire acondicionado, puesto que siempre sale con una cara de felicidad que llama la atención. A la ancianita la bautizamos “la reliquia”… por lo mayor, ¿sabes?
________________________________________
TITO DEVREK
ESPERO
Espero ansiosa, analitica y recurrente
encontrarte en cada hora e instantes
en mi cama, cuerpo, sangre y mente
en gestos o palabras condescendientes.
Astuta y hábil, como avezado pescador
enlazo lineas con mi elocuente léxico
anzuelos sugerentes son mis letras
de carnada uso, mis sensitivos dedos.
Mis manos reman tus aguas lentas
como ágil piragüa utilizo mi cuerpo
navego y pesco en cada céntimetro
y a tus venas de erotismo impregno.
Nancy Beatriz Fuentes
(N€nf@)
nuevamente gracias Poésie Erótique
encontrarte en cada hora e instantes
en mi cama, cuerpo, sangre y mente
en gestos o palabras condescendientes.
Astuta y hábil, como avezado pescador
enlazo lineas con mi elocuente léxico
anzuelos sugerentes son mis letras
de carnada uso, mis sensitivos dedos.
Mis manos reman tus aguas lentas
como ágil piragüa utilizo mi cuerpo
navego y pesco en cada céntimetro
y a tus venas de erotismo impregno.
Nancy Beatriz Fuentes
(N€nf@)
nuevamente gracias Poésie Erótique
Nobuyoshi ARAKI.
Arrabal Fernando y su poema Cli+++++ célebre
Cargado en DailyMotion por christele017. - Videos de arte y animación.
HALLAZGO
Desnuda y adherida a tu desnudez.
Mis pechos como hielos recién cortados,
en el agua plana de tu pecho.
Mis hombros abiertos bajo tus hombros.
Y tú, flotante en mi desnudez.
Alzaré los brazos y sostendré tu aire.
Podrás desceñir mi sueño
porque el cielo descansará en mi frente.
Afluentes de tus ríos serán mis ríos.
Navegaremos juntos,
tú serás mi vela
y yo te llevaré por mares escondidos.
¡Qué suprema efusión de geografías!
Tus manos sobre mis manos.
Tus ojos, aves de mi árbol,
en la yerba de mi cabeza.
ME DESORDENO, AMOR, ME DESORDENO
Me desordeno, amor,
me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada,
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.
Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada me desordeno, amor
me desordeno;
y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;
y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor,
me desordeno.
CARILDA OLIVER , CUBA
del blog: Poésie Erótique
Mis pechos como hielos recién cortados,
en el agua plana de tu pecho.
Mis hombros abiertos bajo tus hombros.
Y tú, flotante en mi desnudez.
Alzaré los brazos y sostendré tu aire.
Podrás desceñir mi sueño
porque el cielo descansará en mi frente.
Afluentes de tus ríos serán mis ríos.
Navegaremos juntos,
tú serás mi vela
y yo te llevaré por mares escondidos.
¡Qué suprema efusión de geografías!
Tus manos sobre mis manos.
Tus ojos, aves de mi árbol,
en la yerba de mi cabeza.
ME DESORDENO, AMOR, ME DESORDENO
Me desordeno, amor,
me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada,
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.
Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada me desordeno, amor
me desordeno;
y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;
y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor,
me desordeno.
CARILDA OLIVER , CUBA
del blog: Poésie Erótique
Poesía erótico-pornográfica de los Siglos de Oro
Rapándoselo estaba cierta hermosa,
hasta el ombligo toda arremangada,
las piernas muy abiertas,
y asentadaen una silla ancha y espaciosa.
Mirándoselo estaba muy gozosa,
después que ya quedó muy bien rapada,
y estándose burlando, descuidada,
metióse el dedo dentro de la cosa.
Y como menease las caderas,
al usado señuelo respondiendo,
un cierto saborcillo le dio luego.
Mas como conoció no ser de veras,
dijo: «¡Cuitada yo! ¿Qué estoy haciendo?
Que no es ésta la leña deste fuego».
_________
Atribuido alguna vez a Quevedo.
Fechado hacia 1580-1595.
[De Pierre Alzieu, Poesía erótica del Siglo de Oro, Crítica, Barcelona, 2000.]
Ilustración: Iván Suárez
de la web: libro de notas
DESPERTAR
Siento tu caricia aún antes de despertar del último sueño, o quizá no, quizá tus manos paseaban por mi piel desnuda largo rato cuando tomé conciencia de ello. No recuerdo qué soñaba, pero sí la sensación placentera de mi fantasía y supongo que se debía a ti, a la caricia de tus manos tibias que me buscan cada mañana detrás de tu mirada.
Noto tus labios en mi nuca y tu olor, que me conducen al primer pensamiento consciente y tranquilizador. No estoy sola, tú me acompañas, me proteges y velas el alba. Saberlo me relaja tanto que no quiero despertar, y un suspiro se escapa de mi sonrisa mientras me ocupo en permanecer quieta y mantener los ojos cerrados.
Me palpas despacio valles y barrancos, y tus manos dóciles siguen el camino de mis leves suspiros, que trato de disfrazar de bostezos, Me sabes despierta hace rato, y te impacienta mi holganza, tus envites en mi espalda me advierten de tu expectación. Me desperezo satisfecha y me abro, y tú, dios entre los amantes, me inundas con tu calor.
Mil trinos de pájaros susurran en mi oído: Despierta tierra, ya es tiempo, el sol ha salido.
del blog de Tautina Vaiamalla "espejo opalino"
Noto tus labios en mi nuca y tu olor, que me conducen al primer pensamiento consciente y tranquilizador. No estoy sola, tú me acompañas, me proteges y velas el alba. Saberlo me relaja tanto que no quiero despertar, y un suspiro se escapa de mi sonrisa mientras me ocupo en permanecer quieta y mantener los ojos cerrados.
Me palpas despacio valles y barrancos, y tus manos dóciles siguen el camino de mis leves suspiros, que trato de disfrazar de bostezos, Me sabes despierta hace rato, y te impacienta mi holganza, tus envites en mi espalda me advierten de tu expectación. Me desperezo satisfecha y me abro, y tú, dios entre los amantes, me inundas con tu calor.
Mil trinos de pájaros susurran en mi oído: Despierta tierra, ya es tiempo, el sol ha salido.
del blog de Tautina Vaiamalla "espejo opalino"
BASTA DE FINGIR
MITOS SOBRE EL ORGASMO FEMENINO
La sexualidad femenina está tapada por prejuicios. Aquí, especialistas develan el secreto mejor guardado de las mujeres.
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Claudia Selser.
En las películas se ve claro: la mujer, hermosa, se acerca al tipo y le arranca la ropa. Tienen un sexo sin juego, desenfrenado, a horcajadas, contra la pared. Ella hace: ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!, y llega al orgasmo en breves segundos, en el mismo instante que él. "Es un cuento chino, pero lamentablemente, ése es hoy el modelo del goce femenino -protesta Sonia Blasco, médica sexóloga y psicoanalista, investigadora en sexualidad y autora, entre otros libros, de Camino al orgasmo. La sexualidad femenina sin secretos. "Es un modelo totalmente engañoso. La mujer piensa que ésa es la normalidad y como a ella no le pasa eso, cree que tiene que fingir. No tiene el comienzo de una excitación, pero le arranca la ropa como hace la actriz, jadea y grita y ya está todo bien. Y los hombres, que también ven las películas, están totalmente convencidos de que ése es el orgasmo de las mujeres".
¿Por qué? "Ellos están aún más desinformados que ellas, sobre todo cuando son jóvenes, no sólo porque pocas mujeres les hablaron con verdad sobre sus necesidades y deseos, sino porque su propio narcisismo les hace creer que la sexualidad femenina es igual a la de ellos y que la sola potencia de su pene es garantía del goce femenino", explica Blasco.
Las cosas distan mucho de ser verdad, tal como mostró Meg Ryan en la memorable escena de Cuando Harry conoció a Sally: cualquier mujer puede fingir el más intenso de los orgasmos jadeando y retorciéndose sentada a la mesa de un restorán frente a un humeante plato de fideos. Pero ¿todas las mujeres mienten?
Es difícil saberlo en realidad. Es el secreto mejor guardado, incluso entre las mejores amigas. Algunos estudios apuntan a que más del 90% ha mentido por lo menos una vez en la vida. En el Informe Hite sobre sexualidad femenina, de 1970, el 53% de las encuestadas contestó afirmativamente a la pregunta si fingía alguna vez sus orgasmos. ¿La causa? Según Shere Hite: "La enorme presión para que las mujeres tengan un orgasmo durante la penetración vaginal".
¿Por qué mentir?
En 1965, el médico Alexander Lowen, creador de la Bioenergía, escribió desde su experiencia clínica: "La mayoría de los hombres sienten que llevar a una mujer al orgasmo a través de la estimulación clitoridiana es aburridísimo. Que el coito se retrase impone una restricción a su deseo masculino natural de cercanía. Si lo hace durante el coito, el hombre se distrae de la percepción de sus sensaciones genitales. Acariciarla después de haber él tenido un orgasmo tampoco funcionaría, ya que le impide disfrutar de la paz y la relajación que son el premio a la sexualidad". Y este malestar pesa sobre la intimidad de la relación.
"Es frecuente que los hombres se quejen de que sus mujeres son frígidas -'heladeras', 'lentejas', 'tortugas'-y esos calificativos no le hacen bien a nadie. El estigma de la frigidez pesa y por eso, las mujeres mienten", reconoce el psiquiatra y sexólogo clínico Adrián Sapetti, presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH). A pesar de sus más de 20 años en la clínica, sigue sorprendiéndose de que muchas mujeres consulten por anorgasmia, porque su pareja ocasional les exige un orgasmo vaginal cuando ellas no lo han logrado nunca en su vida. "Ellas, que han tenido muchos orgasmos por estimulación clitoridiana bucal o manual, entran en una crisis de duda existencial y, para no dañarle la autoestima a este hombre, comienzan a fingir. con lo cual inhiben toda su posibilidad de obtener placer- dice Sapetti-. Es increíble que todavía las mujeres crean íntimamente que ellas tienen la obligación de darle satisfacción a un varón, aun a costa de renunciar a la suya propia."
El sexólogo cuenta que en el consultorio muchos hombres aseguran que sólo con esta mujer han tenido problemas, porque todas las anteriores tenían con él orgasmos a través de la mera penetración vaginal. "Yo les respondo: 'Querido amigo, al menos la mitad, te mintió: las mujeres precisan, además de la penetración vaginal, estimulación clitoridiana'. Pero ellos se resisten a aceptarlo, sienten que esto pone en duda su virilidad."
El problema es que cuando una mujer decide fingir porque no se anima a decirle a su pareja que necesita más estimulación o que la penetración sola no le alcanza, nace una cadena de mentiras que puede durar años. "Tuve pacientes que fingieron durante diez o veinte años con su marido y después, cuando se dieron cuenta que ellas también tenían derecho al placer, no sabían cómo decir la verdad -dice Sapetti- Pero a una se le ocurrió decirle a su marido que, no sabía porqué pero, desde hacía un mes, había dejado de excitarse, que por qué no consultaban con un sexólogo. Y logró plantear lo que quería, evitándole a su compañero el mal trago de haber sido engañado durante años."
El placer femenino
¿Por qué una mujer debería tener una respuesta sexual igual que el varón si su cuerpo no tiene nada que ver con el del hombre ni su deseo se rige por las mismas cosas que el deseo masculino?, se pregunta Sonia Blasco. "Además, esta el mito, absurdo, de que el orgasmo tiene que ser simultáneo. Puede pasar alguna vez, pero no es frecuente. La sexualidad femenina es diferente a la masculina. No es mejor, no es peor. Es diferente. Tenemos otros tiempos y nuestras zonas sensibles no se despiertan con los mismos contactos... Las mujeres deseamos la penetración sólo después de estar muy excitadas y eso lleva tiempo. Y si no hay algún tipo de roce clitorideo no llegaremos al orgasmo. Para nosotras la penetración es un momento más -tanto más magnífico sin apuro ni coerciones propias o ajenas-, del encuentro amoroso."
Según Blasco, radicada en Estados Unidos y dedicada a la investigación en sexualidad, el encuentro sexual es un momento de gran intimidad (no como pregonan las "comehombres" televisivas) donde cada persona aporta su deseo y su propio camino de satisfacción. "Hasta que la mujer conozca lo que le gusta y cómo le gusta, y reconozca que su manera de sentir es válida, no podrá buscar (hacerse responsable de) su satisfacción y legalizarla con su compañero."
Adrián Sapetti insiste: "Es fundamental que la mujer pueda pedir lo que quiere porque, a veces, el varón la estimula donde él cree que a ella le gusta y, como ella no le dice nada, él sigue repitiendo los mismos recursos y la relación pierde toda posibilidad de encuentro placentero. Ellas temen hacerlo sentir mal, pero no es necesario decirle: 'Eso no me gusta'. Puede decirle: 'Esto me gusta´y, por default, él se va a dar cuenta de que lo otro no le gustaba. Ambos tienen que compartir lo que les molesta y lo que les agrada."
HABLANDO DE... DE ESO...
Recuerdo una tarde en la que me llamó por teléfono. Acababa de ducharme y me había puesto ropa de andar por casa, cuando me recosté sobre el sofá para descolgar el aparato. Mi amiga parecía bastante indignada a causa de algo que le había ocurrido aquella misma mañana, un deslumbrante día de agosto en el que Eva y ella habían decidido acompañar a su madre a la playa del Sardinero.
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Eva era su hermana pequeña, una copia de sí misma ocho años más joven, en un momento en que sus incipientes formas femeninas comenzaban a manifestarse exultantemente. Se trataba de ésa clase de chicas que, cuando uno las ve por la calle, inmediatamente te hacen sentir nostalgia de tu adolescencia perdida, ése momento de tu vida en el que cuerpos como aquel aún estaban moralmente a tu alcance y constituían un auténtico misterio por descubrir. Por su parte, su madre era una señora simpática y vivaracha; muy guapa, aunque sólo despertaba en mí ese reverencial respeto que todo joven ha de sentir ante una matrona de clase media.
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Al parecer, cuando subieron al autobús, la más joven de las tres decidió sentarse junto a su madre, por lo que María tuvo que hacerlo en un solitario asiento próximo a la puerta de salida. Mientras el autobús iba, poco a poco, llenándose de gente, su hermana comenzó a hablarle del campamento de verano al que iba acudir un par de semanas después en Liébana.
Al cabo de un rato, María vio subir a un desconocido. Era rubio, alto y de aspecto nórdico: obviamente un turista extranjero. En otras circunstancias, posiblemente le hubiera encontrado atractivo, pero su mirada irradiaba una indefinible insolencia que le resultó bastante desagradable. Al igual que la mayor parte de los viajeros, a causa del calor veraniego tan sólo vestía una camiseta de manga corta y un bañador.
.
Sin prestarse mutua atención, el turista se situó de pie frente a ella, agarrándose a la barra de la puerta para no caerse, mientras observaba distraídamente el paisaje que desfilaba a través de la ventanilla. El autobús empezaba a encontrarse atestado de viajeros y, para entonces, Eva le contaba diversas anécdotas acerca de su grupo de amigas… en el mismo momento en que, hacia el margen izquierdo de su visión, María se percató de que el pene del rubio extranjero iba cobrando forma, a medida que se hinchaba lentamente a pocos centímetros de su cara. Sin lugar a dudas –me aseguró, aún conmocionada-, aquella era la verga más grande que jamás había visto, y a medida que sus formas se iban definiendo claramente bajo el bañador, su hermana, girada sobre su asiento y ajena a todo ello, continuaba exponiéndole entusiasmada sus planes para el verano...
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Relato completo en PDF (vale la pena leerlo)
.
SERGIO BLANCO
de su blog ALEX EN NERVERLAND
MARIMAR
Nadie me regalaba ya su aliento.
Se me dormía la piel,
tiritaba mi memoria, se me enmohecía la vida y se me estremecía el alma
pensando en que esto era todo. La soledad me masticaba.
Antes de permitir que la
realidad me deglutiera, quise volver a nadar, antes de petrificarme para
siempre.
Sorbí un último coraje, me
guardé la eternidad en el bolsillo y salí a caminar.
Llegaron a mí los susurros
del mar, su voz pausada, violenta, repetía una y otra vez mi nombre.
Las estrellas me observaban
jadeando la historia de mi cuerpo, desayunándome con sal.
La luna, ella fue quien me
dijo que él me esperaba.
La arena tibia lamió mis
pies, besó los dedos uno a uno hasta esconderlos.
Y ahí estaba él, espiándome.
La bruma humedeció el lienzo
que me vestía, se pegó acariciantemente a mi cuerpo.
Él reparó en mis secretos.
La música océano aceleraba
nuestro encuentro.
Me senté bajo del viento; mi
cabello se hizo eterno.
Él, negro infinito, observó.
Busqué con la mirada en
súplica sus ojos claros permeando mi presencia.
Me protegió su aliento
comenzó la danza del ensueño
acarició mi seda, acaricié su
cuerpo
conté los músculos de su
pecho
¿Sonrió ternura?
Miré su contorno vestido de
yodo
El viento ya no se interponía
entre nuestros cuerpos.
Su piel humeante clamó por mi,
sin otro perfume que mar, yo, olía a tempestad.
Recorrió mis hectáreas con
silencios, robó uno a uno mis suspiros, recogió sonidos envolventes y me
acarició con noche. Vibré, vibramos. Quitamos timideces y entusiasmamos los
sentidos. Acarició al monte y acarició a Venus, mirando a Marte mis pechos turgieron,
Plutón despertó su sed y Neptuno ahogó mis culpas. Todo el universo se complotó
a nuestro favor.
Besó y besó hasta lo oculto
de mi cuerpo
Besé y besé hasta más allá de
su ombligo.
Su ojos ahora grises
confundidos por el brillo de la luna, su pelo azabache se entremezcló con el
cielo. Su calidez con el clima, su sabor con los extremos.
Me devolví la adolescencia,
recuperé entusiasmos perdidos. Saboreé hombre entre mis senos, brotó mujer.
Peltre tranquilidad planchó
mi piélago.
Serenidad.
Ya no olí a tempestad.
Él había acariciado mi
soledad y besado mi impaciencia.
Me absolvió de culpas
diciéndome: ”Yo soy solo mar, acá estaré esperando acariciarte, mujer”.
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