ALEX KRISTOV
Amor - puesto que es palabra esencial
Amor - puesto que es palabra esencial
comience esta canción y toda la envuelva.
Amor guíe mi verso, y mientras lo guía,
reúna alma y deseo, miembro y vulva.
Quién osará decir que él es sólo alma?
Quién no siente en el cuerpo el alma expandirse
hasta desabrochar en puro grito
de orgasmo, en un instante de infinito?
El cuerpo en otro cuerpo entrelazado,
fundido, disuelto, vuelto al origen
de los seres, que Platón vio completados:
es uno, perfecto en dos; son dos en uno.
¿Integración en la cama o ya en el cosmos?
¿Dónde termina el cuarto y llega a los astros?
¿Qué fuerza en nuestros flancos nos transporta
a esa extrema región, etérea, eterna?
Al delicioso toque de clítoris,
ya todo se transforma, en un relámpago.
En pequeñito punto de ese cuerpo,
la fuente, el fuego, la miel se concentraron.
Va la penetración rompiendo nubes
y desvastando soles tan fulgurantes
que nunca ha soportado la vista humana,
pero, varado de luz, el coito sigue.
Y prosigue y se explaya de tal suerte
que, más allá de nosotros, más allá de la propia vida,
como activa abstracción que se hace carne,
la idea de gozar está gozando.
Y en un sufrir de gozo entre palabras,
menos que esto, sonidos, gemidos, ayes,
un solo espasmo en nosotros alcanza el clímax:
es cuando el amor muere de amor, divino.
Cuántas veces morimos uno en el otro,
en el húmedo subterráneo de la vagina.
en esa muerte mas suave que el sueño:
la pausa de los sentidos, satisfecha.
Entonces la paz se instaura. La paz de los dioses,
extendidos en la cama, cual estatuas
vestidas de sudor, agradeciendolo
que a un dios acrecienta el amor terrestre.